Teníamos cadenas, el depósito lleno, y dos roscos caseros en el maletero. Todo lo necesario para
sobrevivir incomunicados unas horas en una cuneta de Etxegarate o de la Llanada Alavesa. Al final pudimos llegar al destino, viéndonos obligados a compartir con toda la familia los majestuosos anillos rellenos de nata.
A mí me gustaría que me dieras la receta del rosco. Tiene una pinta que te cagas!!!
ResponderEliminarRaquel Rivas
Si es que el rosco es un postre redondo.
ResponderEliminarYo he probado el rosco y doy fe de que está tan bueno como aparece en la foto. El año que viene más
ResponderEliminar