Al igual que otros lugares como pueden ser Hondarribia, El Port de la Selva, Lourdes o Ainhoa, en Loarre uno ve nacer los Pirineos, los Pirineos oscenses en este caso, tan claramente como lo es ver la enorme planicie de la Hoya de Huesca morir a los pies de este gran castillo.
Tras la etapa pirenaica, una de transición pero propicia a escapadas y escarceos varios: Loarre-Ejea de los Caballeros. Se recomienda hidratarse bien, aquí si no levanta el cierzo estamos jodidos; dura experiencia para unos donostiarras, eso de pasar una noche a 30º C. Benditas mosquiteras, en cualquier caso.
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