24.09.08. Mis cuatro últimos días de vacaciones de 2008 los he empleado en llevar y recoger a los niños a y de la ikastola. Además, uno de ellos también libraba Beatriz por lo que hemos hecho un plan de mañana juntos.
La recreación de la cueva y pinturas rupestres de la cueva de Ekain, llamada Ekainberri, ha sido inaugurada hace poquito y ha sido profusamente publicitada (hasta en las marquesinas de los autobuses!).
El caso es que quedan muchísimo más cerca que las de Lascaux (adoradas por Oteiza), y además aquellas también son sólo accesibles sólo a la réplica de las mismas.
El edificio de acogida se encuenta en el valle de Sastarrain, al que se accede a pie desde Zestoa. El coche hay que dejarlo en el parking junto a la antigua estación del tren del Urola.
Primero se retiran los tickets y luego se sigue el camino, que pasa lindando con el magnífico palacio Lili (s. XV-XVI), para, en unos 15-20', presentarnos en el citado edificio de Ekainberri.
Un bonito día de otoño, aquí en un rinconcito de Gipuzkoa. Un pequeño monte coronado por una enorme cruz se alza a nuestra derecha.
El joven guía se presenta a la hora y nos introduce brevemente en lo que vamos a ver: Una serie de dibujos que se sitúan en el Paleo
lítico Superior, unos 13.000 años atrás en el tiempo.
Recuerdo vagamente pero con emoción, ahora, mi visita de infancia a la cueva auténtica de Altamira (Cantabria), otro de los grandes templos europeos del arte prehistórico. Nos decía el guía que si Altamira hubiera estado situada en Francia, su preponderancia hubiera sido mucho mayor.
La visita a la réplica es muy "guiada", hay que seguir el ritmo de las luces, en un entorno tan ausente de luz como la original. Se descubre con gran belleza la pareja de osos (madre y cría), que particularmente yo soy lo que más recuerdo como propio de Ekain.
Es bonita la historia del descubrimiento de las pinturas, en el año 1969, a cargo de Andoni Albizuri y Rafael Rezabal, así como interesante la lectura del acta que se levantó tras el gran evento.
Aproveché los minutillos del final de la visitas para hacerle al guía un par de preguntas, e incluso ya dentro de la sala de documentación nos dio varias referencias para futuras visitas de cuevas similares en Francia (2009pro?): Les Eyzies de Tayac, Font de Gaume, Lascaux, Les Combarelles, Rouffignac (en la región de Perigord-Dordogne).
En resumen, que la visita merece la pena (a poder ser sin niños para poder empaparse de las diferentes informaciones lo más relajadamente posible), pero sin duda falta la emoción de lo auténtico.
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