sábado, 31 de enero de 2009

Arditurri


La desembocadura del Oiartzun es un misterio, creo recordar que en sus últimos metros pasa junto a la fenecida fábrica de Luzuriaga; aun recuerdo algo de cuando íbamos a buscar al aita a la salida del turno. Probablemente sea una de las desembocaduras de ríos, al menos en Gipuzkoa, más desaparecidas, dentro del abrumador entorno del Puerto de Pasaia.

En cualquier caso nuestra visita de hoy no ha sido al final, sino al inicio del Valle. Dicho inicio, el telón de fondo magnífico de ese diente de sierra llamado Aiako Harria, uno de los macizos más singulares, originales, del País Vasco.

El bidegorri que nace por Rentería va subiendo por todo el valle, llegando precisamente hasta las antiguas minas de Arditurri (último año de extracción de mineral: 1984).

El paraje se encuentra escondido bajo la magnífica vertiente Occidental del macizo. Se suceden el parking, un parque de juegos, servicios, diferentes restos arqueológico-industriales, y la casa que acoge el Centro de Interpretación (antiguo botiquín de la mina). Junto a este pequeño edificio, la entrada a las galerías.

Nuestra visita, privée, ha tenido una duración de una hora escasa, y ha estado (cómo no) coartada por la presencia de los cinco lolos, que, por otra parte, parecían enterarse de todo lo que explicaba la guía.

Las galerías son impresionantes; es obvio constatar que la escala temporal de las construcciones de hoy día no tiene mucho que ver con la de la construcción (o vaciado) de estas minas, u otras grandes obras de la ingeniería del Imperio Romano.

Existen cinco o seis niveles de dichas galerías (visitables incluso en una visita guiada con mayores connotaciones arqueológicas), estando el agua perfectamente visible, unos 30 metros por debajo del nivel del pasillo metálico por el que se circula.



ambiente de refugio

Tras la visita, hemos subido hasta el "cierre" del Valle, el collado Sur del macizo. Justo antes de llegar al Alto de Aritxulegi, se accede, a la derecha, al refugio de Arritxulo, propiedad del municipio de Oiartzun. Nos venía al pelo para la ocasión, ya que se está caliente y es amplio.

Tras dar de comer a los lolos, nos hemos zampado el menú (12 €, comida casera y sin txooorradas: no se pueden elegir los platos, y el comensal pone y recoge la mesa).

Una pequeña siesta reparadora por el camino, y ponemos rumbo a nuestra siguiente actividad municipal...

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