Hace muchos años, según recuerdo, aquí en el País Vasco las Casas Rurales ofrecían compartir las labores del baserri con los clientes.
En mis salidas con B y amigos, las casa rurales que pudimos disfrutar (predilección por Aturias) eran relativamente económicas, te dejaba hacer uso de la cocina, y el trato era cercano y sencillo.
En una ocasión, una buena mujer, regentadora de una espectacular y recientemente inaugurada Casa de Aldea en Posada de Rengos, nos mostraba sus dudas sobre si "a la gente le gustaría aquello", ante nuestra sorpresa. La mujer se había levantado temprano para hacernos un grandioso desayuno.
En esas mismas vacaciones, disfrutamos de las verdaderas esencias de tal negocio hostelero en compañía de Ana y de su anciana madre, en Sésamo.
Con el transcurrir de los años, y me imagino por causa del "descubrimiento" de las casas rurales por parte de tantos urbanitas, hemos ido constatando que ya no son tan económicas, sino realmente caras (Campillo de Ranas), que el trato no ha sido tan cuidado (Otsagabia), que hay gente en los algunos pueblos que pone una casa rural sólo por la subvención (Rello), o simplemente en la entrada les dejan poner un cartelito que no hace honor a lo que encuentras en su interior (vender un bar de carretera con pensión por Casa de Aldea: Barcia). Y si vas con niños, la cosa se complica: Verdaderas complicaciones hasta para acceder a un micro-ondas donde calentar un biberón.
El Mundo al revés: En la Cerdanya unos pijos de Barcelona denunciaban hace unos meses a un payés porque sus vacas mugen y sus gallos cantan temprano, ¡incluso en fin de semana! (Eso sí, mientras ellos se toman el vermouth, mandan a los nenes a visitar vacas y gallos del desgraciado y sorprendido payés; a "rebozarse" de ruralidad).
Esto es de ayer: No tan lejos, en la zona de las Malloak: Le piden a una baserritarra, como otro implacable ejemplo más de mala educación, que finiquite su establo (con ovejas, cabras, cerdos, vacas y perros), por la sencilla razón que van a poner una Casa Rural, y claro, "da mal olor".
¿Es necesario escribir que un establo con animales en una aldea en el monte da valor a esa aldea? ¿Qué tipo de gerente de Casa Rural puede exigir que se desmantele un establo/retablo vivo de un impresionante caserío del Valle de Araitz? ¿Sabrá algún día alguno de esos futuros clientes lo que se han perdido, y a que tipo de persona están transfiriendo electrónicamente su dinero?
No se, tal vez esté equivocado. Seguramente los clientes no podrán visitar el establo de la vecina, pero sí meterse en un jacuzzi frente a las Malloak. Tal vez sea mejor así.
Pd1. Qué dificultad pensar y escribir con una cabecita de tres años delante de la pantalla.
Pd2. Al menos me daba besitos.
3 comentarios:
Pues un detalle más de la invasión urbana en el mundo rural. No te quiero ni contar cómo será el panorama dentro de un siglo. Menos mal que no lo veremos...
Yo recuerdo tener que preguntar si había que llevar las sábanas o las toallas. La última casa rural en las que estuvimos, lindaba con un caserío donde estaban celebrando la matanza del cerdo en mitad de la calle. ¡Qué mal gusto! ¡Con lo fácil y limpio que es comprar las chuletas y el jamón en el Super!
Y eso que no comento que el monte estaba lleno de barro. Impresentable.
PD: Muy bueno, ik. Los ejemplos, escalofriantes.
Gracias por la empatía a los dos. Sergio: Te he copiado lo de las post-datas.
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