Indamendi (462 m) ruta normal Elkano. Macizo de Pagoeta, Montaña Vasca
Semana Santa en casita. Salidas de día, egunpasak gozosos descubriendo txokos hasta entonces solo leídos, referenciados, vistos o solo intuídos desde lejos.
El Indamendi y el barrio de Elkano, descubiertos en un día glorioso de primavera, azul, sin viento, de andar en camiseta.
La diferencia de temperatura entre tierra y mar formaban nubes que se pegaban en la cara Norte de Jaizkibel (como aquella vez, que me envolvió en penumbras tras coronar el alto en bici en una soleada tarde de verano). Algo similar parecía ocurrir en la costa vizcaína.
Cima modesta, una alfombra verde, con cruz, vértice geodésico y ¡barbacoa! Maravillosas vistas: el mar, Elkano, Zarautz, Izarraitz, Pagoeta, Kukuarri, Mendizorrotz, Jaizkibel, Aiako Harria, Larrun...
Bajamos desde el vértice relizando una pequeña circular, que alargó algo la excursión.
Junto a la ermita de Elkano (al que se accede desde el alto de Meagas; nosotros cometimos la novatada de subir por una pista asfaltada desde la carretera que accede a Urdaneta) comimos los bocatas y la enorme tarta a la salud de mi aita. Frente a ella, el bar-restaurante-casa rural Gazteategi sirvió para tomarnos el café seguir disfrutando del relajado ambiente.
El Indamendi y el barrio de Elkano, descubiertos en un día glorioso de primavera, azul, sin viento, de andar en camiseta.
Cima modesta, una alfombra verde, con cruz, vértice geodésico y ¡barbacoa! Maravillosas vistas: el mar, Elkano, Zarautz, Izarraitz, Pagoeta, Kukuarri, Mendizorrotz, Jaizkibel, Aiako Harria, Larrun...
Bajamos desde el vértice relizando una pequeña circular, que alargó algo la excursión.
Junto a la ermita de Elkano (al que se accede desde el alto de Meagas; nosotros cometimos la novatada de subir por una pista asfaltada desde la carretera que accede a Urdaneta) comimos los bocatas y la enorme tarta a la salud de mi aita. Frente a ella, el bar-restaurante-casa rural Gazteategi sirvió para tomarnos el café seguir disfrutando del relajado ambiente.
1 comentario:
Hermosos días sin prisas. Hay que atesorarlos.
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