La primera vez que vine a Basabe erreka intentaba subir a Urkita y me confundí de camino. La segunda vez fue para subir a Urkita (precioso monte). Y la esta ha sido la tercera.
Este paseo lo tenía previsto para hacerlo con mi ama (que en mi casa es la amona), ya que es bastante llano y seguro que no había estado nunca, y podríamos visitar Orexa, que es el municipio más pequeño (o al menos con menos habitantes) de Gipuzkoa.
Al final ella no pudo venir y la ruta al final la alargamos subiendo a Orexa andando.
La primera parte consiste en remontar por pista y sendero la orilla de la erreka Basabe. Es una zona muy húmeda y sombría. Casualmente tengo en casa un mapa topográfico del municipio de Orexa (escala 1:6000, enero de 2012), y sorprendentemente este arroyo cambia de nombre varias veces en un tramo relmente corto; en sentido opuesto al curso: Basabeko erreka, Orexarango erreka, y Troxka muñoerreka (ya saliendo del término, al SE del mismo).
En esta última parte, cuando la pista pasa a ser sendero, hay que vadear dicha erreka varias veces, siendo un ejercicio divertido y para no tomarse a la ligera: un descuido puede proporcionarnos un susto. Hay varios maderos puestos a modo de pasarela rudimentaria, bien cubiertos de musgo y verdín, al igual que los árboles circundantes. Nos dimos la vuelta cuando ya no hubo maderos por los que pasar.
Desde el punto de vista medioambiental, constatar por informaciones recibidas de un amigo biólogo que realizó mediciones en este curso de agua, que se trata de uno de los dos o tres con más densidad de truchas de toda Gipuzkoa.
En dicho curso, además, aun se conserva (se ha recuperado en auzolan recientemente) una pequeña central hidroeléctrica. Ver más info aquí.
A la vuelta, para alargar el paseo, subimos a Orexa por el GR 121. Aquí ya nos daba el sol. En el coqueto casco de la localidad paramos a hacer el hamaiketako, y seguidamente bajamos a los coches por la carretera que lo une con Lizartza.
La wiki-ruta realizada, abajo.
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