Siete horas y media nos tiramos en la via, y 12:45 de actividad total; eso si, Z. se lo curró para hacerla segura.
Experiencia buenísima, sin lugar a dudas, con sus momentos de acojone. Como este es un zorro, decidió que lleváramos los dos martillos y unos clavos, y en el paso clave tuvo que clavar porque
no había literalmente nada, con una caída malísima.
Mentalidad clásica de alpinismo a tope, como los pioneros franceses y sus seguidores. Te absorve toda tu energia mental y psicológica.
Bajamos muertos, y ayer hasta las 10 de la mañana no salimos del saco".
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