Por segunda vez el mismo año hemos visitado el Parque Natural de Pagoeta. La anterior vez el entorno de la ferrería de Agorregi, y esta vez el de Iturraran: Casa del Parque, Parque floral de Iturraran, y área recreativa con mesas y juegos infantiles.
En esta ocasión nuestros acompañantes han sido los gasteiztarras afincados en Gros: Agurtzane, Jose y las niñas.
En cuanto al parque, insisto en mantener que se encuentra aquejado de un mal marketing, al menos en lo referente a la información que ayuda al visitante a orientarse en su visita. Yo estoy acostumbrado a ver mapas, y además me gusta mucho. Pues me he sentido más desorientado en este parque que en muchas otras zonas naturales o ciudades que haya visitado. Los mapas son malos, confusos; las indicaciones verticales en carretera y senderos penosamente ubicados (debajo y/o metidos bajo plantas y arbustos, etc.). La persona que atendía al público en la Parke-etxea (Centro de Interpretación) comenzó a sacar mapas a Beatriz, un poco a lo loco, cuando lo primero que debería hacer una persona en su situación es orientar al “cliente” a partir de conocer su situación: ¿Qué sentido tiene sacar mapas de rutas de montaña a una chica que está haciendo la visita con tres niños pequeños y dos más de otra pareja? Además, las fuerzas “consumidas” en estas explicaciones inservibles podrían ser dedicadas a las verdaderas necesidades de cada uno de los que se le acercan. O, ¿cómo se puede publicitar o decir que los panales están en funcionamiento cuando al acercarse la sensación de abandono es la predominante?
Los niños comieron en una mesa y los mayores en otra, debido a que pillamos una para discapacitados, y resultó que apareció un grupo en el que había un chico en silla de ruedas, y nos mudamos ¡viva el civismo!
Bajo la sombra de los robles degustamos el menú típico de tupper y fiambrera: Patata-tortilla, filete empanado, tinto del bueno, …, faltó el cafecito.
En esta ocasión nuestros acompañantes han sido los gasteiztarras afincados en Gros: Agurtzane, Jose y las niñas.
En cuanto al parque, insisto en mantener que se encuentra aquejado de un mal marketing, al menos en lo referente a la información que ayuda al visitante a orientarse en su visita. Yo estoy acostumbrado a ver mapas, y además me gusta mucho. Pues me he sentido más desorientado en este parque que en muchas otras zonas naturales o ciudades que haya visitado. Los mapas son malos, confusos; las indicaciones verticales en carretera y senderos penosamente ubicados (debajo y/o metidos bajo plantas y arbustos, etc.). La persona que atendía al público en la Parke-etxea (Centro de Interpretación) comenzó a sacar mapas a Beatriz, un poco a lo loco, cuando lo primero que debería hacer una persona en su situación es orientar al “cliente” a partir de conocer su situación: ¿Qué sentido tiene sacar mapas de rutas de montaña a una chica que está haciendo la visita con tres niños pequeños y dos más de otra pareja? Además, las fuerzas “consumidas” en estas explicaciones inservibles podrían ser dedicadas a las verdaderas necesidades de cada uno de los que se le acercan. O, ¿cómo se puede publicitar o decir que los panales están en funcionamiento cuando al acercarse la sensación de abandono es la predominante?
Los niños comieron en una mesa y los mayores en otra, debido a que pillamos una para discapacitados, y resultó que apareció un grupo en el que había un chico en silla de ruedas, y nos mudamos ¡viva el civismo!
Bajo la sombra de los robles degustamos el menú típico de tupper y fiambrera: Patata-tortilla, filete empanado, tinto del bueno, …, faltó el cafecito.
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