El famoso queso de Ossau-Iraty
El gite-aubergue-refuge de L’Embaradere es un “todo en uno”: Refugio “con ambiente”, gite d’etape, bar-restaurante, … Los y las que lo llevan tienen un rollo “tranqui” (y buen gusto musical; tres ipod conectados) y a pesar de aterrizar con 10 niños con un promedio de 3 años, no vi un mal gesto en ningún momento, mostraron mucho temple y trato amable todo el finde. No así con otra horda, esta vez de unos profesores de una supuesta escuela de élite francesa, que según nos contaron precisamente los del gite, imparten un método conocido como “Steinner”. Yo no lo vi, pero en la primera cena, como consecuencia de verse “avasallados” por tanto niño, hubo alguna “profesora” que saltó quejándose de malos modos. Pensaban pasar un espiritual fin de semana en manos de su “maestro”, y se vieron enmedio del griterío propio de un grupo tan “alegre”. Si alguien demostró buena educación, desde luego, fuimos nosotros, y no alguno de estos supuestos “guías” educacionales. Como anécdota, y para aclarar las cosas, el sábado un cartel rezaba, colgado en la puerta de entrada al comedor “Sala reservada a la grand familie para la cena”. Otro bonito detalle de los responsables del gite.
Nosotros todavía no lo sabíamos, pero nos encontrábamos actuando en el modo “gestión libre”, aunque por aquí se llamaría “auto-gestión”…
La distribución para la noche fue: Una habitación de 10 camas y otra de 6. De esta forma nos apañamos estupendamente. La segunda noche, como suele suceder, dormimos mejor que la primera. Pero en ningún caso hubo voces, ni gritos ni “movidas” a causa de los niños.
Ansabere visto por uno de los super-profes
El Sábado: Salió (mejor dicho, el día no salió) un día malo, con las nubes cerradas y bien enroscadas en la montaña y llegando hasta los prados. Humedad a tope, xirimiri bearnés… la amable chica de la Oficina de Turismo de Laruns (estupenda oficina y amplio harario de apertura) hizo la llamada a la Estación de Artouste para cambiar la reserva al domingo, ya que se esperaba mejor día.
El bonito canal que pasa por Arudy
Amaia estaba muy interesada en actividades como excursiones guiadas en el Valle; además había un gran panel en una de las paredes que era el “izenen bira” de los topónimos de la zona: Los posibles orígenes de “Ossau”, de “Laruns” (que procede del euskara Larre+Untz), etc.
Dada la “méteo” buscamos cobijo en la exposición de los buitres (Falaise aux vautours) donde estuvimos cosa de una hora [“En el espacio museográfico La Falaise aux vautours” (la pared de los buitres) en Aste-Béon (Ossau), se recoge la vida de estas aves carroñeras. Allí se recoge su vida, historia, y hasta cuentos y testimonos de pastores. Además, mediante varias cámaras instaladas en los riscos, el museo transmite imágines en directo de los buitres y alimoches anidados como si estuvieran a su lado.
En el exterior, junto al vivaz curso del “gave d’Ossau”, unas mesas de piedra ideales para comer permanecieron vacías y mojadas… una pena.
Volvimos a comer al gite. Allí estaban nuestros “profes”. Se habían quedado pintando en el interior, pintando flores… Comimos en armonía; ¿ya se iban acostumbrando a nosotros? Una amable “enviada negociadora” nos preguntaba si nos importaba que estuvieran allí pintando… y quería saber, de paso, si teníamos pensado salir. La verdad nos dieron que hablar. Tenían un rollo que, desvestido de prejuicios, estaba muy bien: Paseos por el monte, dibujar al aire libre observando “la transformación que conlleva el paso del tiempo”, tai-chi, convivencia, … Pero observaba, acertada o desacertadamente, cierto rollo elitista; había algún elemento que funcionaba tipo “gurú”, me daba la sensación.
Pero en fin, lo importante es que teníamos a los responsables del refugio de nuestro lado, jeje.
Por la tarde íbamos a ir a una “cave” (como en Sant Pau d’Ordal, pero cambiando el cava por el Jurançon), pero a medio camino reconducimos nuestros coches hasta Arudy, bonito pueblo, situado en el nudo de unión entre los Valles de Aspe y Ossau. En Arudy, aparte de apostar a las carreras de caballos en el bar, se puede visitar el interesante y añejo Museo de Ossau, cosas ambas que hicimos. Pasamos buena parte de la tarde en Arudy. Algunos, casi todos los niños y algún no tan niño, se marcaron una buena siesta en el coche, como invitaba la tarde oscura y lluviosa.
El caso es que, a la vuelta de Arudy a Laruns, y antes de aparcar los coches junto al gite, decidimos hacer parte del Col d’Aubisque hasta Les Eaux Bonnes, especie de curioso pueblo que debe su razón de ser a las termas (termas a secas, no “romanas”) que existen. Hubiera sido una bonita opción, como en Cuntis (ver Galicia 2008), pegarse un bañito, pero no había bañadores en las maletas… ¿no íbamos al monte?. Así que, por tanto, el plan estaba claro: Paseo y bar. Probamos la cerveza “vasca” llamada “Oldarki”: La rubia y la pelirroja (cerveza al patxaran…).
La cena del sábado fue la del menú del gite, que estuvo rica y en cantidad muy adecuada.
el tren de Artouste y los cortados (niños a la izquierda!)
El Domingo: Temprano dejamos l’Embaradere para llegar a tiempo al telecabina; llegamos justo a las diez, el trayecto era más largo de lo que yo había calculado a ojo: Media hora Laruns-Artouste. A toda prisa entramos en la estruendosa garita donde arrancan las cabinas. Están mojadas del día anterior: Un fregado rápido y lista.
Entrando al túnel: Sólo faltaba la bruja...
A las diez y media en punto arranca el motor diésel que propulsa nuestro pequeño tren. El tiempo parece que aguanta, o que tal vez mejore… lo mínimo en lo que pensaba es que los niños no se nos enfriaran. El trayecto va todo el tiempo (a excepción del túnel del inicio) como por una terraza, muy por encima del fondo del Valle de Soussoueou. Las simpáticas marmotas aparecieron varias veces a nuestro paso. A la ida hicimos tres paradas técnicas, y a la vuelta ninguna.
El Palas, con nevada reciente
La ascensión estación superior-lago de Artouste se hace, a nuestro ritmo, en 1/4 de hora. En las grandes losas graníticas más cercanas al sendero, hicimos un rápido “hamaiketako” y sacamos las fotos “oficiales” de las familias y del grupo al completo. Como en las películas de aviación, diré: A las “doce” teníamos el Pic de la Lie; a las “dos” el Pic de Palas; a las “tres”, el Pico Arriel, y a las “seis”, el Pic Lurien.
En el viaje de descenso el triunfante fue el sopor que ayudaba a crear el traqueteo y el cansancio de toda la mañana.
Una vez en la base de la estación, y ya todos agrupados, montamos la comida grupal de “auto-gestión”, dando cuenta de las viandas típicas de estas ocasiones: Queso, jamón serrano, membrillo, chorizo, pan del día, …
Durante el café (cortado= noisette) hicimos las cuentas: Comida, tren, albergue, …
Decidimos volver por l’Espagne (Valle de Tena); una breve paradita en el Col de Portalet y todos a casa. Nosotros paramos otro rato en el Parque de Noain, para que los niños se espabilaran y pasaran otro buen rato antes de llegar a casa.
Webs: http://www.parc-pyrenees.com/ http://www.falaise-aux-vautours.com/ http://www.ot-arudy.fr/ http://www.valleedossau-tourisme.com/ http://www.gite-embaradere.com/
fotos (fotoblog Picasa)
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