Enseguida nos fuimos de allí y aparcamos en Latasa, junto al frontón, donde había otro puesto de control. Allí, en el "Biltegia", tomamos un café (la camarera, amable, nos encendió una de las estufas que tenían en la amplia y acristalada sala).
El "plan B" estaba cantado: ponernos a andar vía verde arriba, hacia Lekunberri, y a ver hasta dónde llegábamos; en principio hasta el área recreativa de San Mieltxo. Y así fué. A la vuelta, otra rápida y violenta tormenta nos "amenizó" el camino. Suerte que íbamos bien pertrechados.
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