sábado, 3 de noviembre de 2001

San Millán


fecha 3.11.2001.

grupo Betcha y yo.

actividad Ascenso del monte más alto de la provincia de Burgos, por su vía de mayor dureza (la Norte), en plena Sierra de la Demanda. Beatriz me acompañó hasta el final del bosque de hayas, previo al ascenso de la gran vertiente norte de la montaña.

base Santa Cruz del Valle Urbión, 964m.

horario 
09,45 S.Cruz V.Urbión
13,20 pico San Millán
15,20 parque recreativo (refugio)
16,15 S.Cruz V.Urbión

compromiso-técnica Ascensión media, es más que una excursión tranquila pues es algo larga y la subida final, ruda.

recorrido-comentario Del puente de “Todos los Santos” de 4 días, B tiene libre a partir del viernes a la una. Comemos en Donosti y salimos hacia Cerezo. Llegamos anocheciendo; cenamos y enseguida a dormir. El sábado madrugamos, y a pesar del incidente con la puerta de arriba, que no quería ser cerrada, comenzamos la marcha a una hora prudencial.

Vamos ascendiendo por pista y después por sendero, siempre al lado del arroyo de Urbión (evidente). Vadeamos el río varias veces, y a pesar del seco otoño, la humedad se hace notar mucho. La subida se pone más seria a medida que nos acercamos a la salida del bonito bosque de hayas (en realidad todos los bosques de hayas son bonitos).

Beatriz, que llevaba haciendo el juego de torpedeo psicológico un rato, abandona aquí; desciende con la mochila poco a poco. Yo sigo, pertrechado sólo con la cámara de fotos, para dejar constancia de mi ascenso. me cruzo y adelanto a varios grupos de montañeros. Los itos me guían bien en la ruda subida del pico, el terreno es propio de la alta montaña en su conformación.

Alcanzo una brecha a la izda. de la Cara Norte y rodeo el pico por la otra cara, siguiendo trazas de sendero. Temo pasar frío al soplar el viento en esta vertiente pues llevo sólo el forro interior fino, pero la cosa no va a más.

El panorama en la cima es precioso. Admiro la Sierra de la Demanda casi al completo. La larga cresta del Mencilla me atrae enormemente, bajo las nubes que la ennegrecen, y sobre un maravilloso bosque autóctono. Quién sabe cuántos animales maravillosos circularán por él en estos momentos. ¿Dónde estáis, lobos queridos? [esta noche he soñado con ellos, con un bosque oscuro y lobos a mi alcance].

Como es claro y se ve más llevadero, opto por el descenso por la loma que va hacia el Oeste, y que me deja en un collado por donde tras empinado sendero llego al “circo” Norte. Me cruzo con más gente, algunos siguen y otros se abandonan a las viandas, viendo que aquello es demasiado para ellos, al menos aquel día.

Sin probar bocado desde que nos separamos, llego al parque donde, en una mesa, me espera Beatriz, que casi me deja sin galletas por cierto. Tranquilamente retornamos al coche, un par de kilómetros todavía más abajo.

Visitamos Pradoluengo y entramos al bar, donde todas las mesas las ocupan los viejetes echando sus partidas a las cartas.

Cansado regreso a Cerezo, donde nos obsequiamos con una cena a base de morcilla local con pimientos. Enjundiosa pero también muy calorífica gastronomía la burgalesa...

lunes, 12 de noviembre de 2001