GLADYS PALMERA (Diego A. Manrique): Cuando el Comité del Premio Nobel decidió en 2012 darle el Nobel de la Paz a la Unión Europea por “haber contribuido al avance de la paz y reconciliación, la democracia y los derechos humanos”, se pensó en invitar a los músicos más representativos del continente. Uno de ellos fue Fanfare Ciocarlia, como representante de la Europa del Este.
En efecto Fanfare Ciocarlia representa la música balcánica romaní que ha distinguido siglos de migración y trashumancia. Ellos simbolizan el pueblo romaní y un sonido peculiar que se escucha desde Grecia hasta los Balkanes, desde el Cáucaso hasta Rumania. Fanfare Ciocarlia son doce músicos vecinos del pueblo de Zece Prăjini, pero en un viaje constante llevando su música por toda Europa.
Su nombre es la unión de Fanfare, que es fanfarria de trompetas; y Ciocărlia, que significa alondra, porque en el campo rumano se dice que nada suena mejor que una alondra. Su música es una combinación de folk gipsy y funk, que parece interpretada como un juego, divertido y adictivo. Por eso combinan creaciones propias con versiones de estándares del pop, el jazz y los soundtracks.