No obstante, justo al inicio de la senda, un gran árbol obstacuklizaba el paso, abarcando un gran espacio. Como la idea era una ruta reñlajada y de toma de contacto, opté por pisar la pista principal, la que recorre la finca desde el poblado, por Elama y hasta Arriurdiñeta (es decir, el paso de la vertiente de Goizueta).
De esta manera, recorrimos unos 4 kilómetros, durante los cuales se transita junto a dos ríos diferentes, que vierten sus aguas al Añarbe.
Ruta tranquila, sencillísima, que se puede alargar lo que se quiera, siguiendo la citada pista.
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