Tres Reyes

Pirineos Atlánticos-Valle de Aspe-Circo de Lescun Pico de los Tres Reyes 2444 m vn Lac de Lhurs-Couloir Este II/F+ 

dificultad, carácter: Larga ascensión desde el circo de Lescun, con noche en el Lac de Lhurs y ascenso de la ruta clásica de Lescun, por canal fácil, hasta el cono final. 

grupo: Alberto, Aiert y yo. fecha: 17 y 18 de abril de 2003. 

meteo: Nublado el día de la aproximación y bastante bueno el del ascenso, (nubes altas). 

m+: Alguna otra ruta al Billare/Petit Billare. Dec de Lhurs. 

route: Anapia-Bosque y lago de Lhurs (borda)-canal Este-Cima 3 Reyes. desnivel: 1500m aproximadamente. tiempos: Aproximación: Anapia-Cabanne Claveranne (lago de Lhurs), 2 horas. Ataque: Cabanne Claveranne-Pico Tres Reyes (1h30’)-Anapia, 5 horas. 

La ascensión en cuestión la tenía pensada y bien apuntada en mi agenda montañera. Un enclave que llevo guardado con gran cariño, el circo de Lescun, y una montaña, mítica para el montañismo vasco, como es el Pico de Tres Reyes. La ruta desde el valle parecía, a la vista de las fotos y las visitas anteriorres a la zona, muy interesante y atractiva. Por fin los astros se alinearon para que el corpúsculo aún activo del Private se juntara un fin de semana para llevarla a cabo. La aproximación es bonita y no especialmente dura, la mayor parte transcurre por el bosque de Lhurs, hasta que se llega a un impresionante paso entre el Dec y el Billare. Desde esta zona se podría acometer el ataque al Dec de Lhurs, que creo que puede ser así mismo una actividad interesante. 

Pasado este punto se sale al cerrado circo donde anida el lago de Lhurs, uno de esos rincones mágicos, que tanto disfrutas en vivo como recordándolo. Un ibón pirenaico, de los primeros de la cadena por Occidente, en un precioso lugar, bajo la proa de Tres Reyes, las pendientes inacabables de Billare y las rocas del Dec. Para redondear la situación, una vez superas el lago, por el sendero de la orilla derecha, te encuentras con una borda de pastor nueva, perfectamente acondicionada para un vivac, y agradablemente limpia. Bebemos de la fuente anexa, nos cambiamos, cenamos en un ambiente plenamente montañero, con todas las connotaciones buenas y sanas que esto que digo pueda tener. 

Es decir, que según escribo estas líneas, me está apeteciendo un montón volver a semejante lugar, en buena compañía y con la mente serena. Dormimos en el piso de arriba, entarimado, y al día siguiente subimos al pico, tranquilamente y disfrutando mucho porque es muy bonito y fácil. Tan sólo el cono final ofrece algún paso mixto que requiere atención, aunque no llega a ser expuesto. No he seguido, como montañero, la carrera habitual en la que este monte es de los primeros dosmiles en subirse, sino que he llegado a él con experiencia, pero creedme que el disfrute del mismo fue como si fuera el primero. 

Donostia, septiembre de 2004