intro La cadena de los Montes de Vitoria, que se extienden al sur de la capital alavesa, alberga en su ondulante perfil el monte más popular de los vitorianos: el Zaldiarán (978 mts.); cita obligada para los montañeros de la zona en la festividad de Año Nuevo.
fecha 06.01.04 martes.
ruta Pista asfaltada desde el puerto que sube hasta el repetidor de la cima.
m+ Ascensión desde Berroztegieta*. Trail Armentia-Zaldiaran. Carrera en primavera Gasteiz-Zaldiaran-Vitoria.
dificultad/carácter Pista asfaltada que sube a cima desde el collado que hace frontera con Treviño.
grupo yo solo.
condiciones/meteo Helada nocturna que ha tapizado la carretera del puerto de un manto blanco de escarcha helada. Despejado; precioso amanecer.
foto Ver iPhoto (Superia 100 a CD). Alguna foto decente del amanecer, y una preciosa de Eider** iluminada con luz natural del mismo día y rodeada de cojines.
report
Este año se cumple el cincuenta aniversario de la costumbre de subir al Zaldiaran en el primer día del año, tal y como en Donosti ocurre con el Adarra. Yo, que en Nochevieja estuve en Donosti y no subí al Adarra (aunque sí corrí la San Silvestre), unos días más tarde, aprovechando la celebración de los Reyes Magos, he madrugado para subirlo.
A la comida de celebración, tras la entrega de regalos, tan sólo faltaba, por obligaciones laborales, Raquel. Completábamos el plantel de “arrimados” Esther y yo. La misma transcurrió amena, por supuesto con la habitual polémica a cuenta del rosco... al final el muñequito fue a parar a Fernando, con lo que el año próximo le tocará a él pagarlo.
ruta
Desde Berroztegieta (web) En la pequeña plaza del pueblo de Berroztegieta iniciamos la marcha por la calle La Fuente dejando la bonita iglesia del pueblo a nuestras espaldas. Entre las casas del pueblo llegamos a la calle Peñika al final de la cual existe un área de juegos infantiles.
En ese punto, parte a mano izquierda de la zona de juegos una pista terrosa por la que tomamos hasta llegar a una cercana bifurcación. En ésta hemos de seguir por la derecha (marcha blanca y roja en un pino).
La pista se interna en un pinar donde (¡ojo!), pocos metros más adelante, vamos a abandonar la principal por un sendero que sale a la izquierda (marca) y que prosigue en llano por el interior del bosque muy bien marcado.
Un poco más adelante este sendero confluye con una ancha pista que seguimos por la derecha unos pocos metros ya que, la abandonaremos (¡atención!) casi inmediatamente por un estrecho senderillo que sale a la izquierda.
Este senderillo va tomando altura progresivamente y se va encajonando entre la espesa vegetación.
Más arriba llegamos a una nueva bifurcación. Hemos de tomar por la izquierda para salir en breve a terreno despejado. Justo cuando salimos a terreno despejado ya vemos el primer objetivo de la excursión, el Errogana (846 mts.) con su vértice geodésico.
Hacia el Errogana. Para llegar a él hemos de tomar a la derecha (hito de piedras)_en la bifurcación que hemos hallado en el punto donde hemos salido a terreno despejado. Siguiendo ese sendero, con buenas vistas ya sobre Vitoria, macizo de Gorbea y Anboto, y tras pasar un bosquecillo llegamos a la cumbre de Errogana, con buzón del Aurrera Atseden Taldea de 1993, y desde donde ya vemos las antenas cimeras del Zaldiarán.
Deshacemos esta cima por su otra vertiente en pequeño descenso para afrontar un fuerte pero breve repecho. Superado éste iniciamos un agradable paseo en llano hasta la base del Zaldiaran, enfrente nuestro y cubierto de hayas.
Hayedo precimero. Ya en la misma base (¡ojo!) encontramos una trifurcación. Hemos de tomar por la del medio internándonos de lleno en un precioso hayedo en el cual, en caso de niebla, se han de tener las cosas claras. El sendero va tomando altura entre las preciosas hayas. Una vez arriba salimos a la carretera que lleva al repetidor. Por ella, y en breve, ganamos la cumbre muy afeada por las instalaciones de telecomunicaciones. Asimismo, encontramos la gigantesca gruz levantada por el club Manuel Iradier. Las vistas son excelentes, destacando todo el condado de Treviño a nuestros pies.
Iñaki Munain, jueves, 12 de abril de 2007
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