sábado, 1 de enero de 2005

Zaldiaran

dificultad: I F. Vía normal por sendero; zonas con bastante barro.
fecha: 01-01-2005
grupo: solo.
horario: 3h20.
fotos: no.
 
m+: a) Enlace por cresta Eskibel-Zaldiaran, b) Ascenso a Busto, c) Trail desde Armentia.
base: Bº de Zaramaga-Gasteiz.
condiciones/meteo: Ventana de buen tiempo en la zona, fantástico día.
equipo: Zapas de trail Nike, chaqueta de Gore ACG.

Introducción: Vamos tomando, parece, unas ciertas costumbres gasteiztarras, y en las actividades montañeras de 2004 también aparece este monte como una de las primeras actividades del año. Como en esta ocasión, además, pasé la Noche Vieja con la familia de Beatriz, he podido sumarme a la tradición, no sólo con el monte en cuestión, sino con los montañeros que le dan vida a dicha tradición en este día de Año Nuevo.

Descripción de la Ruta: Desde el Barrio de Zaramaga se atraviesa Gasteiz, pasando por la Avenida y el Parque del Prado, hasta llegar a Armentia (Basílica en obras). Se accede entonces al Parque de Armentia, parte del Anillo Verde de la ciudad. Siguiendo las marcas amarillas se llega a una carretera asfaltada que lleva al Barrio de Eskibel, en la falda SE de este pequeño monte.

El ascenso final transcurre por el bosque de hayas que perdura en la vertiente Norte de la Sierra (tal y como debió ser en tiempos la Llanada en pleno). Se sigue un rato un sendero que transcurre junto a un limpio y serpenteante arroyo en la espesura de dicho hayedo. La empinada cuesta final, con el piso de hojarasca, nos deposita en la cresta Occidental, a pocos metros de la cima. Curiosamente, ésta, en su parte Oeste culmina con un extraño y gran bloque que corta el paso; para superarlo se accede por la izquierda al punto débil del mismo, en fácil trepada (I, barro).

Para el descenso seguí otro sendero: Bajando por la carretera del repetidor unos 300m, enseguida sale a la izda. un sendero que por bosque baja rápido hasta una cresta que se desliga al NE. Por terreno despejado se accede a un ancho camino (rampa de barro) que, hacia la derecha, nos deposita un poco más arriba de Berroztegieta. Ya todo por asfalto se llega a la zona de Mendizorrotza, en la entrada Sur de Vitoria.

Report: Vuelvo a casa en el autobús de La Continental. Es la noche del día segundo de 2005. He pasado tres días en Gasteiz, incluyendo la Noche Vieja, Año Nuevo, y el primer Domingo del año. Beatriz y la niña me recogen el lunes en XXX. Estoy leyendo una novela que nos ha regalado Javier, “La Sombra del Viento”; parece que ha sido un éxito editorial, y la verdad tiene muy buena pinta. Llevo unas cuarenta páginas. Éste es uno de mis propósitos para este dosmil cinco: Leer unas cuantas novelas, y no sólo el Desnivel u otras revistas ligeras. Volver a esta buena costumbre, como en los turbulentos tiempos de TEXXXX.

La Noche Vieja ha transcurrido en armonía y he disfrutado de la compañía de los López-Martínez, por vez primera en esta fecha. No pude correr la San Silvestre, ya que llegué tarde al tener una referencia horaria equivocada. Así he podido comenzar el año atravesando Gasteiz en ayunas hasta Armentia y subiendo al Zaldiaran, tradición montañera de la city. Aquí, al contrario que en Donostia, donde la mayoría nos concentramos en el Adarra, cada club parece que se dedica a un monte en el Año Nuevo, y al que año tras año le son fiel. Esto es al menos lo que me contó un veterano de los tantos que se juntaron en este monte.

El día salió muy bonito, milagrosamente, y aguantó así hasta la noche; parece que quiso ser benévolo con todo el mundo y hacernos abrir los ojos en el nuevo día con buenos pensamientos.

El estómago, que al levantarme aún rebosaba turrón, se me fue desinchando durante la actividad, e incluso terminé el trayecto Beroztegieta-Parque de la Florida corriendo (había quedado allí con mis chicas).

Parecía a priori que me llevaría más tiempo, pero en menos de dos horas me planté en la cima, y sin caerme, además, dado que iba con las Nike de trail, un poco cascadas de la suela, y había bastante barro. Todo el mundo allí iba con botas, como mandan los cánones. La mayoría eran “señores”, y pocos-muy pocos, de mi edad o más jóvenes, pude ver. Todos confraternizaban en la cima, saludándose amigablemente.

El paisaje era espléndido, sobre todo hacia el Norte, donde destacaban Gorbeia, con la txapela puesta, Anboto y, poco a poco, el macizo de Aizkorri iba tanbién emergiendo, mostrando un denso manto nivoso en su vertiente Sur. Desafurtunadamente, aunque el terreno ondulado del Sur de Araba, que incluye Treviño, era visible, la Sierra de Cantabria, y su capitán, El Palomares, estaba oculta por las nubes, que aun no se habían levantado en aquel macizo.

Hernani, 3 de enero de 2005

No hay comentarios: