domingo, 16 de enero de 2011

Tossau de Mar











Tossau de Mar (2772 m) encadenamiento corredor Norte-corredor NO. Ribèra de Rius-Valartíes, Val d'Aran, Pirineos

Cuán a menudo las ideas preconcebidas que llevo de casa se diluyen o tambalean cuando se pone uno debajo del monte. Basta entender mal algo, o que la descripción de la ruta sea vaga, o que el mapa que uno consulta no sea muy preciso, para poder dar al traste con una ruta. Nuestra idea era hacer el canal NO del Tossau de Mar, un pico relativamente modesto, situado entre la Serra de Rius y el imponente grupo Montardo-Tumeneia-Besiberri Nord. Si el corredor Norte, donde alegremente nos metimos, llega a tener un resalte difícil, quizá nos hubiéramos tenido que dar media vuelta. Pero no fue así y todo nos salió bien.

Tan es así, que antes de salir tenía dos pequeñas lesiones musculares que increíblemente me han mejorado al llegar a casa. Mentalmente, así mismo, las diez horas y media de ayer han sido mano de santo, después de una semana cuesta arriba en el trabajo. Y la gloriosa brisa de hoy en el Kursaal también ha ayudado.

A menudo se ma hace durillo cambiar el chip del trajín semanal y resetearme para salir al monte (con lo que conlleva de separarme de pareja e hijos, mirar la méteo día tras día, decirdir la ruta, revisar los riesgos de aludes, establecer la logística, comprar la comida, acarrear el material del almacén a casa, asumir un viaje de varias horas, etc.).

Pero todo eso, que el viernes se me hacía cuesta arriba, hoy, me parecen nimiedades.

Nos juntamos con Ángels en Artíes (que llega desde la costa del Garraf), amiga alpinista con ilustre currícullum, y excelente compañera de cordada.

Pasada la medianoche, y bajo una intensa helada, plantamos la tienda sobre el blanco y brillante piso del parking del Pont deth Ressec, en Valartíes. (Abajo, en el valle, las hordas de turistas-esquiadores inundan los garitos. Tanto es así, que una barrera nos impide el paso por el centro de Artíes, teniendo que dar un rodeo para acceder al parking).

Ayer sábado, comenzamos a andar a las siete y media, mientras amanecía. Remontamos la pista hasta Pontet de Ríus, y seguimos recto por el mismo eje (obviamos el sendero del refugio de Restanca). El camino ahora sube un escalón hasta el valle/Ribera de Ríus, con la Sierra de mismo nombre a la derecha.

Tiramos hasta el pequeño Circo de Ríus. Tomando como referencia una pequeña cabaña de piedra sobre el mismo, nuestra ruta busca lo que pensábamos sería el corredor NO, y que resultó ser el corredor Norte, y que enlaza con el primero en el último tercio, aproximadamente. Una primera rampa dura lleva a un plateau que sigue con una segunda rampa, más dura aún. A resguardo ya, junto al cono de entrada, nos ponemos arneses por si hiciera falta el uso de la cuerda.

El corredor es ancho abajo y enseguida se estrecha, teniendo una longitud de menos doscientos metros. Al ser Norte, hay mucha nieve y poco transformada. Alberto F., que más parece Alberto I., sigue abriendo huella como una locomotora. Una labor enorme. Salimos por el ramal de la derecha, que se mantiene constante sobre los 45º.

Cuando llegamos a la brecha, comienzo a flipar. Resulta que tenemos a la vista un canal largo, soleado abajo, de enre 35-45º, y más largo que el nuestro. Para acceder a la cima tenemos que remontar su último tubo, estético, y llegar a otra brecha. ¿Qué ha pasado? ¿No se supone que deberíamos tener la cima ya al alcance, al otro lado de una corta cresta? Las pendientes aquí tienen la nieve más transformada. Hacemos una corta trevesía por nieve dura para acceder al eje del corredor. Pequeñas placas se desprenden al paso de nuestros crampones y piolets. Subimos rápido hasta la segunda brecha. Empiezo a encajar las piezas.

Las cosas se ven aquí de otra manera. Más claras. Al otro lado, la vertiente soleada y la arista cimera. Momento Vicky el Vikingo: chasco los dedos. "No hemos subido por el corredor NO, el de la revista, sino por otro, que quién sabe si es una apertura :-), y hemos encadenado a través de la primera brecha con el que teníamos pensado hacer. Y estas palas que vemos ahora son las de bajada, o sea la ruta normal desde la Restanca".

Con las piezas encajadas ya en nuestro puzzle mental, pasamos unos buenos momentos en la brecha. Alberto llega a cima y Ángels y yo nos quedamos a unos metros. La arista es algo aérea y con bloques rodeados de nieve, fáciles sí, pero incómodos de pasar con los crampones. "Tú y yo tenemos hijos", me dice ella.

Volvemos a la brecha a descansar, hidratarnos y alimentarnos. Seguimos hablando, disfrutando del momento, de lo hecho hasta entonces, de la compañía y de las imponentes vistas.

El descenso, con nieve costra, no tuvo historia, aparte de seguir disfrutando del grandioso paisaje. Eso sí, prohibido tirarse directo por las palas que llevan al Lac de Mar, pues por la orilla Norte no es transitable. Hay que ir por las partes más altas de los lomos que nos llevan sobre la Restanca, evitando, como digo, las vertientes que bajan hacia el lago.

Como marca nuestro manual de montaña, lleganos al coche cansados pero contentos. Muy contentos. Está anocheciendo y el frío se hace intenso, aunque el calor corporal evita la tiritona mientras nos cambiamos. A las 18h15 nos despedimos de nuestra querida compañera en el párking, no sin antes hacerle prometer que se tomaría un Red Bull a los primeros síntomas de sueño al volante.

Nosotros, sin prisa por llegar a Donosti, paramos en Vielha a dar un voltio y tomarnos una cañita. Muchísima gente. El bocata y las bravas, la única comida cristiana del día, nos los tomamos en Bossost, en la plaza junto a la iglesia. Y de reojo, los goles de la Real. 0-4 al Getafe. "¿Estamos contentos? Estamos contentos".

3 comentarios:

eresfea dijo...

Maravilloso.

Unknown dijo...

Invita a vivir la experiencia, muy hermoso.

imunain dijo...

Aupa Ra, encantado de que te pases por aquí. Me alegro que te haya gustado.

Qué cosas me dice, eresfea. Gracias.