El 6 de octubre intentamos los niños, mi hermana, mis sobrinos y yo, hacer la travesía desde Orio (estación de Euskotren) hasta Igeldo (estación del autobús junto al camping).
Sin embargo, lo intrincado, largo y duro que resultaba el recorrido (no lo recordaba tan severo) hizo que empezara a pensar en que darse la vuelta sería una buena idea. Además, unas chicas con las que nos cruzamos nos indicaron que nos aproximábamos a más tramos resbaladizos, y que incluso un perro de un caserío junto a la ruta le había llegado a morder a una de ellas: vuelta a Orio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario