Primera novela que leo de de Prada. La cogí de la estantería de libros en la carnicería donde compramos. La carnicera me dice: "aquí damos placer gastronómico y también intelectual". Comercio de proximidad, lo llaman ahora. La "super-manzana", dicen.
De Prada demuestra un dominio exagerado del lenguaje, quiero pensar que no pretende apabullarnos. Cantidades ingentes de sustantivos desconocidos para mí, aderezados con adjetivos a chorros.
Pero más allá de la forma con la que Prada escriba, pensaba yo que esta novela, que trata sobre las investigaciones entorno a la (rescatada) figura de la escritora catalana María Martínez Sagi, es un ejercicio de generosidad, amor y respeto hacia la literatura y hacia la propia protagonista.
Recomiendo esta lectura, sin duda. Como suele decir Julia Otero, quien tiene un cariño especial por el autor, "de Prada escribe como los ángeles".
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