miércoles, 19 de noviembre de 2008

Barrence Whitfield & The Hi-Risers



y alguien, entre el público, gritó: "¡Salinas!"

Si es que... a mi me gustaba la música, ¡sí! Estos últimos años he dejado muy aparcadas aficiones que en otros tiempos me "quitaban" muchísimo tiempo, como la música o el cine. Últimamente he vuelto a rescatar, vía podcast, mi amado "El Ambigú" de Radio 3 de mi admirado Diego A. Manrique.

Ayer me acerqué en la Torrot de Beatriz, esa reliquia roja de los '70, hasta el barrio de Egia. Iba a un concierto de rock, dentro del programa de Gasteszena.

Un par de bocatas de lomo ibérico y cecina de León, regados con el descubrimiento cervecero de los últimos tiempos, la Selecta de San Miguel, eran estupendos compañeros para la ocasión.
El concierto lo abrían los tolosarras Sfinters, que practican el género surf, ahí es nada.
El plato fuerte era la combinación de un compactísimo trío de rockeros de NYC, los Hi-Risers, con el orondo vocalista Barrence Whitfield, que lo conozco desde hace años (supongo que precisamente del luminiscente Ambigú que comentaba antes).

El trío más vocalista más saxo tenor (de los Cardíacos) funcionó a pedir de boca e incluso más directos y divertidos en formato trío, en plan amigos.

Y finalizado el ordenado estruendo, ahí que me volví pedaleando la mítica bici, tiki-tiki, hasta casa, por el bidegorri de Riberas escuchando, esta vez, a los Clash en el móvil.

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