Las músicas que más ponía mi aita en casa cuando yo era pequeño, eran: Mejicanadas, trikitixas, y jazz. No está mal. Yo creo que, por fortuna para mí, aquello me ayudó mucho a conformar mis gustos musicales de juventud.
Se escuchaba mucho a Glenn Miller, con esa elegante manera de adaptar la poderosa música negra en bruto, al gusto de las clases medias (mayoritariamente blancas) norteamericanas. Ejemplos de ese pragmatismo inteligente hay muchos en la historia de la música popular.
Por eso, teniendo por un lado el anuncio en el periódico del concierto, y por otro, el aniversario de boda de mis aitas, no había por qué devanarse mucho los sesos para elegir el regalito.
Se escuchaba mucho a Glenn Miller, con esa elegante manera de adaptar la poderosa música negra en bruto, al gusto de las clases medias (mayoritariamente blancas) norteamericanas. Ejemplos de ese pragmatismo inteligente hay muchos en la historia de la música popular.
Por eso, teniendo por un lado el anuncio en el periódico del concierto, y por otro, el aniversario de boda de mis aitas, no había por qué devanarse mucho los sesos para elegir el regalito.
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