lunes, 8 de septiembre de 2008

Julio Larraz. Biarritz, Lapurdi, Aquitaine



07.09.08. Aterrizamos en Biarritz con los mellizos roncando, como era de esperar pues es primera hora de la tarde y acaban de comer.
  
Llevo medio verano deseando venir a esta pequeña capital de la buena vida y la grandeur turística de la “côte Basque”. Es un sitio donde son capaces de cobrarte 4,20 por dos cortados con toda la tranquilidad (¡dentro del bar!). Y eso, a casi 800 km de París…
Biarritz es una villa que rezuma solera turística, tal vez un caso equivalente a Donosti (turismo aristócrata, baños de mar, casinos, …), pero en la costa labortana.
                                     
Bajamos de la Oficina de Turismo a la Playa Miramar, y pasamos bajo el Hotel de Palais (antigua residencia de una emperatriz) a la “Grande Plage”. Bajo el Bellevue, que luego visitaremos, montamos la merienda-espectáculo. Y desde allí vamos a la “Rocher de la Vierge” (previo paso por el Puerto de Pescadores), que es el sitio al que hay que ir sin falta: Un imponente peñasco desligado de la costa pero unido a ella mediante un puente atribuido a Gustav Eiffel.
  
Siguiendo el recorrido, se pasa por el Puerto Viejo (“Port Vieux”, coqueta playa), surcando finalmente, antes de llegar al Bellevue, la calle de mismo nombre, repleta de restaurantes. A cuál de ellos ir, en una futura y romántica ocasión, a Eduardo G preguntar habríamos de. 
   
Finalmente, y previo pago de otra caro ticket de 6,00 €, visito con Eider la exposición del verano en el citado Bellevue: Una selección de acuarelas, óleos y esculturas del artista de origen cubano Julio Larraz. Luminosos paisajes, personajes tenebrosos, ironía, crítica al poder, … Fantástico. Y, ya para redondearlo, encontramos a la salida, en la plaza frente al edificio, una gran escultura de Oteiza, otro de mis ídolos.

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