El Montsià-Delta del Ebro. Costa Mediterránea

pelotón agrupado en el sterrato del Deltebre

balón de regalo para los esforzados de las piragüas (sensacional llegada a la playa de Migjorn)

Tras la tempestad llega la calma pero al revés: llegamos del Matarraña con el diapasón bien afinado a un hotel lleno de turistas ávidos de piscina y buffet libre. El shock nos dura un par de días.

La Costa Mediterránea es, para nosotros, turistas cantábricos, sinónimo de buen tiempo asegurado y playas de primera. Y así fue. Y, para compensar tanto buffet, practicamos eso del turismo activo: Ciclismo en el Deltebre y piragüismo en la zona de la Isla de Buda (recomendable).