martes, 17 de junio de 2008

HAD 2008


La semana pasada ha sido la “semana grande” del “HAD, servicio de élite” del Hospital Donostia, como digo yo. Es que son como los “GEO” de la asistencia médico-enfermera.

Se ha celebrado, en el palacio de congresos Kursaal, el Congreso Nacional, de carácter bianual, de Hospitalización a Domicilio.

Organizado por el servicio del Hospital Donostia, y coordinado, con mucho ímpetu y acierto (a decir de sus compañeros), por C. G.

El caso es que Beatriz ha presentado uno de los trabajos, el jueves día 12, titulado “Aspectos sobre el traslado y procesamiento de muestras biológicas en HAD”. Creo que el resultado ha sido tan bueno como el empeño puesto por ella durante tantas semanas en su preparación.

El Congreso finalizaba con una “cena de gala” a la que también estaban invitadas las parejas. Por las características del personal, éramos muchos los “consortes” presentes. Esa noche me sentí muy “Conde de Windsor”.

A lo que voy: A la fiesta, al ambiente. La cena en el María Cristina, buque insignia de los hoteles donostiarras, era a las nueve. El comedor y los pasillos, excelsos. La comida, bastante-bastante pobre y de calidad inadecuada. No comprendo como un ***** puede permitirse el lujo de presentar una cena de esa ínfima categoría. Ochenta € por cubierto, que yo calculo que serían 70 por celebrarse donde se celebraba, y 10 por el menú en si mismo. El servicio fue bueno, eso sí. Sólo faltaba.
Pero lo mejor estaba aún por llegar:

La actuación desinteresada de Iñaki Salvador al piano electrónico (como antiguo paciente del HAD que fue), incluyendo una versión del más famoso tema de Mikel Laboa. Sus palabras de agradecimiento fueron tremendamente emotivas, y creo que todos los que estuvimos allí lo sentimos así. El baile de agradecimiento del “Gracias por venir” de Lina Morgan, fue muy risueño y cargado de energía positiva. Afortunadamente disfruté de un lugar muy cercano para poder grabar todo esto con mi “sony”.

Pasado el mal trago para Javi Pez de tener que pinchar a Lina Morgan ni más ni menos, comezó el bailoteo, con una gran carga de música afro-cubana: cha-cha-chás, mambos, guarachas, etc. El mítico DJ y músico donostiarra es muy inteligente sabe adaptarse al tipo de público para el que iba a trabajar.

En uno de los recesos del baile, nos juntamos un grupo en el bar del hotel. Bea y yo nos tomamos un gin-tonic a medias. Para explicitar el alto nivel de la concurrencia, decir que se encontraba allí también uno de los mayores exponentes de la “buena vida” de la capital donostiarra: El amigo Iñigo Galatas, bebiendo champagne y departiendo con el camarero… como en las películas en b/n. Un monstruo, vamos.

Y ya para finalizar con la pléyade de estrellas de la noche, en la discoteque “Victoria” nos cruzamos también con otra estrella local, el actual presidente del Bruesa Gipuzkoa Basket (equipo ACB), Miguel Santos.

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